domingo

EN LOS LAGOS DE GINEBRA


Una mañana de Julio
en los lagos de Ginebra,
yo salí por esos valles
y crucé por esas sendas,
amanecía la vida,
anochecía la pena,
eran azules los cielos
y las aguas verdes eran...
De las nubes descendió

una niña bandolera,
me asaltó, desvalijó,
se llevó mis cien monedas,
después que me cautivó
me pidió que la siguiera,
me miró, me sonrió
y yo eché a correr tras ella.

Azules eran sus ojos,
dorada su cabellera,
sus mejillas como rosas
y sus dientes como perlas,
unos veinte años tendría
como veinte primaveras,
era la diosa del cuento
de los lagos de Ginebra...

De las aguas emergió
una niña bandolera,
me asaltó, desvalijó,
se llevó mi alma entera,
después que me cautivó
me ordenó que la siguiera,
me miró, me sonrió
y yo eché a correr tras ella.

Yo no pude dar alcance
a la niña bandolera,
no se persiguen los sueños
ni se alcanzan las quimeras,
mas salí por esos valles
y crucé por esas sendas
para ver si me atrapaba
otra vez la niña aquella...

De los bosques descendió
una niña bandolera,
me asaltó, desvalijó,
se llevó mi alma entera,
después que me desnudó
me mandó que la siguiera,
me miró, me sonrió
y ya nunca volví a verla.

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