Quién no ha sentido
la impresión
de ser la carne
del cañón,
el que ha perdido
tanto que
ya nada tiene
que perder,
quién no ha sentido
necesidad
de esconderse y llorar.
Amor, no cierres la puerta
por si algún día me ves volver
cansado, roto y sin fuerza
a refugiarme bajo tu piel...
amor, no cierres la puerta
por si algún día me ves volver,
cansado, roto y sin fuerza
a refugiarme bajo tu piel.
Quién no ha buscado
alguna vez
aquellos brazos
del ayer,
donde sin miedo
desahogar
todo el fracaso,
la ansiedad,
quién no ha querido
desertar,
esconderse y llorar.
Amor, no cierres la puerta
por si algún día me ves volver
cansado, roto y sin fuerza
a refugiarme bajo tu piel...
amor, no cierres la puerta
por si algún día me ves volver,
cansado, roto y sin fuerza
a refugiarme bajo tu piel.
Amor, no cierres la puerta
por si algún día me ves volver
cansado, roto y sin fuerza
a refugiarme bajo tu piel...
amor, no cierres la puerta
por si algún día me ves volver,
cansado, roto y sin fuerza
a refugiarme bajo tu piel.
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