sábado

EL NIÑO QUE LEIA NOVELAS DE SILVER KANE


El niño que leía novelas de Silver Kane,
el niño que sentía la vida correr tras él,
el niño al que enseñaron "la verdad os hará libres"
el niño al que engañaron con promesas imposibles.

El niño que rezaba "con flores a María",
el niño que cantaba en el coro de la misa,
el niño que jugaba a dar con el balón
los pases de Kubala a Moreno y a Manchón.

Ese fui yo
antes de ayer,
un campeón
de la niñez
que se largó
y aunque se fue
algo dejó
en mí, de él.

El niño que escribía
poesías de vez en vez,
el niño que comía
pasteles de tres en tres,
el niño que quería
tanto y tanto a su madre,
el niño que tenía
a flor de piel la sangre.

El niño al que un buen día
el amor se apareció
en una rubia cría
de rizos color de Sol,
el niño que otro día
un beso desgranaba,
un beso que sabía
a dulce de manzana.

Ese fui yo
antes de ayer,
un campeón
de la niñez
que se largó
y aunque se fue
algo dejó
en mí, de él.

El niño que leía novelas de Silver Kane,
el niño que sentía la vida correr tras él,
el niño al que enseñaron "la verdad os hará libres"
el niño al que engañaron con promesas imposibles.

El niño que leía novelas de Silver Kane,
el niño que sentía la vida correr tras él,
el niño al que enseñaron "la verdad os hará libres"
el niño al que engañaron con promesas imposibles.


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